AGVs o vehículos de guiado automático son aquellos vehículos que no necesitan la intervención directa de ser humano alguno para llevar a cabo la tarea para la que han sido diseñados.
Esta simple definición que parecía imprescindible hace unos años cuando se hablaba de este tipo de soluciones, a día de hoy parece un discurso repetitivo y reiterante. Y es que si bien los AGVs eran desconocidos fuera de los círculos profesionales de la logística interna, a día de hoy raro es la persona que no comparte su puesto de trabajo con una de estas máquinas o al menos no ha visto un vídeo con uno de estos vehículos como protagonista.
Todo esto es el resultado del gran salto que se ha dado en la evolución de estos vehículos. En sus orígenes su uso era estrictamente industrial, guiándose por medio de un cable enterrado en el suelo al que se le transmitía corriente eléctrica para generar un campo magnético que servía de marcador de la ruta a seguir.
A día de hoy este método todavía sigue siendo válido, aunque en la actualidad se suelen aplicar otras tecnologías que ofrecen mayor precisión y que no requieren obra civil alguna en las instalaciones, lo que se traduce en una mayor flexibilidad ante posibles cambios.
Por supuesto hablamos de los guiados laser, por contornos y los duales combinando cualquiera de los anteriores.
Su gran éxito reside en que este tipo de vehículos se ha mostrado muy eficiente en el transporte interno de materiales en las empresas, bien en cadenas de ensamblaje, en concatenación de maquinaria y procesos o en el transporte entre secciones.
La condición de “automático” siempre va ligada a unas estrictas medidas de seguridad, para asegurar que el transporte se lleve a cabo sin peligro, evitando así cualquier posible accidente o desperfecto tanto en el material transportado como en las instalaciones a través de las que se desplaza.
A su vez la optimización del trabajo la tenemos garantizada por la gestión de rutas llevada a cabo desde el propio sistema de AGVs que asigna las órdenes de trabajo entre vehículos de tal forma que la distancia de recorrido sea mínima, ahorrando en tiempo y por ende maximizando el tiempo efectivo de trabajo.
Si con esta solución el transporte queda totalmente automatizado gracias al avance de las tecnologías y de la comunicación entre máquinas, por qué no llevar la automatización un paso más allá combinando la tecnología de los AGVs con la de la manutención más clásica.
ASTI, empresa experta en el suministro de soluciones globales para la optimización de la logística interna, así lo pensó, llevándole a desarrollar un vehículo de guiado automático que incorpora sendos sistemas de manipulación y de acumulación a bordo, para la automatización de la recogida de materiales entre distintas estaciones de trabajo.
Mientras que un sistema tradicional de AGVs se muestra eficiente para el transporte automático de cargas paletizadas, esta solución compleja permite la manipulación de cargas no paletizadas para su posterior transporte. Pero no un transporte cualquiera, para su transporte eficiente, ya que el sistema de acumulación de cargas a bordo le permite reducir el número de movimientos y de recorridos con su consiguiente aumento en productividad. Este sistema de acumulación está formado por 4 transportadores de banda que desplazan las cargas de forma que proporcionan nuevas posiciones libres para que el manipulador pueda seguir descargando material.
El sistema funciona de tal modo que cuando una máquina ha terminado de producir, informa al sistema de AGVs para que envíe un vehículo a recogerlo y trasladarlo al área de paletizado. Se analiza la localización y estado de todos los vehículos en planta y se le asigna la orden de acudir a la estación de carga a aquel que se encuentre lo más cerca con posibilidad de acoger material adicional. Cuando el AGV llega a la estación, el vehículo se detiene y el manipulador se dispone a recoger el material. Los manipuladores desarrollados por esta compañía cuentan con un sistema telescópico, que les permite alcanzar fácilmente la pieza a recoger sin tener que llegar siquiera a contactar con la estación. No sólo esto, gracias a su particular diseño son capaces de moverse tanto en altura como longitudinalmente y todo ello en 360º, así este manipulador permite la recogida de cualquier material de manera eficiente. Una vez posicionado para la recogida de material el AGV informa al manipulador para que se active y proceda a la recepción del material. El manipulador expande su brazo telescópico y desciende para posicionarse sobre el material. Una vez recogido se repliega para depositarlo sobre la posición que le indique el sistema central. Conocidas las dimensiones del material, se calcula el número de posiciones dentro del sistema de transportadores, de tal forma que se guarda registro del estado de carga y de las posiciones libres. Cuando el manipulador descarga un material sobre la banda el sistema de transportadores se activa desplazando el material hasta su posición posterior, quedando libre nuevamente la primera posición para una futura recogida. De esta forma el vehículo se desplaza recogiendo material a lo largo de la planta hasta que el AGV se encuentra totalmente cargado. Entonces se desplaza hasta una estación de descarga y a partir de ahí todo dependerá de las necesidades de cada empresa... Una paletizadora, una enfardadora,...
Gracias a esta nueva generación de AGVs ASTI, la automatización flexible deja de limitarse a tareas de transporte para evolucionar al desarrollo de tareas complejas de manipulación.
Fuente; ASTI
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