Artículo de ASTI
Los envases no sólo como un medio de distribución logística
de bebidas.
Este elemento se revela como clave diferenciadora y creadora
de nuevos productos.
En los últimos años, en el sector bebidas, los envases se
han revelado casi tan importantes como los zumos o refrescos que contienen. Así
encontramos múltiples versiones de un mismo producto en función del modo de
consumo del mismo y por ende de la forma del envase en el que está contenido.
El ejemplo más obvio lo encontramos en el agua. Podemos encontrar esta bebida
en botellas de medio litro, concebidas para ser llevadas de manera cómoda y
habitual. También podemos encontrar versiones de 750 ml con tapón en forma de
biberón, más óptimas para la práctica de deportes, o las garrafas de gran
capacidad pensadas para el consumo de esta bebida de manera doméstica. Sin
contar con las diversas modalidades que se encuentran entrelas ya mencionadas
anteriormente.
En esta creciente tendencia, los envases PET y su
versatilidad juegan un papel fundamental. Esta tecnología ha permitido la
creación y fabricación sencilla de una infinidad de modelos y versiones que se
acomodan a las necesidades del cliente final.
La producción de envases PET pasa por varios estadios, desde
la fabricación de preformas, hasta la adopción de su forma final previo
llenado. Se denomina preforma a los envases de “plástico” en potencia, es decir
una botella reducida, que para alcanzar su forma final tiene que pasar por un
proceso de calor, presión y de soplado.
El almacenaje de este tipo de recipientes en su estado final
requeriría de un gran volumen a pesar de que gran parte del espacio estaría
ocupado por aire, por eso se opta por almacenar preformas que al ser más
pequeñas ocupan menor espacio, esperando hasta el momento previo al embotellado
para darles su forma final.
ASTI, Automatismos y Sistemas de Transporte Interno, empresa
especialista en el diseño de soluciones para la automatización de la logística
interna, ha diseñado un sistema global para la optimización de los procesos de
final de línea en esta industria produtora de preformas.
Este tipo de materiales que son el producto resultante de inyectoras, se almacena hasta su utilización en cajoneras que permiten su apilado.
Dada la temporalidad que existe en la producción de preformas, es importante poder proporcionar un sistema que facilite la acumulación de material para absorber estos picos de demanda. La solución propuesta por ASTI incluye el suministro de distintos sistemas de manutención para el suministro automático de cajoneras vacías a las inyectoras. Estos sistemas además de contribuir al suministro just in time de contenedores a las inyectoras, permite su acumulación para evitar cualquier parada por falta de abastecimiento.
Pero estos elementos no son sólo de aplicación a la entrada
a inyectoras, también se recurre a ellos en otros procesos de automatización,
como puede ser un proceso de etiquetado automático. Ahora más que nunca la
importancia de identificar los materiales se muestra como un punto crítico de
producción. Gracias a esta identificación se puede vincular toda una serie de
información referente al proceso, como lotes de fabricación, horas, máquinas…
al producto facilitando con ello la detección de cualquier anomalía y su rápida
resolución.
Estos sistemas que contribuyen al flujo de materiales entre
dos puntos de la cadena logística, cuentan con un inconveniente fundamental:
requerir la instalación fija de elementos en planta, que priva de capacidad de
reacción ante cambios en la producción.
En aquellos casos donde la distancia a cubrir es
excesivamente grande y se quiere mantener una alta flexibilidad en las
operaciones, ASTI propone la instalación de un sistema de AGVs o vehículos de
guiado automático. Estos vehículos se caracterizan principalmente por no
necesitar de conductor alguno para llevar a cabo las funciones para las que
fueron concebidos.
Estos vehículos están dotados con un sistema de guiado láser
que les permite moverse por la planta con total libertad. Este sistema consiste
en la instalación de un láser en lo alto de la máquina y de varios reflectores
distribuidos estratégicamente a lo largo de las zonas de paso. El láser gira
emitiendo un haz de luz que cuando se encuentra con los reflectores rebota. De
los datos recogidos por el láser, más concretamente de tres de estos rebotes,
mediante triangulación, es capaz de determinar con precisión milimétrica la
posición exacta del vehículo en la instalación. Previamente, en el sistema se
ha realizado un plano virtual de la planta y se han establecido las rutas a
seguir fijando los puntos de carga y descarga de materiales. A la hora de
establecer estas rutas se busca que las distancias recorridas sean las mínimas
para asegurarse la optimización en las operaciones.
Pero un sistema de AGVs es mucho más que un vehículo transportando carga. El sistema encargado de gestionar los movimientos de los AGVs, recibe todo tipo de datos procedentes del resto de elementos tales como inyectoras, líneas de transporte, puertas, ascensores, semáforos… Con toda esta información el sistema calcula los movimientos necesarios y fija las prioridades con el fin último de mantener la continuidad de la actividad.
Para garantizar la seguridad tanto de las personas como de
las instalaciones con las que conviven estos vehículos, cuentan con diversos
sistemas de seguridad, entre ellos los láseres de seguridad que reducen la
velocidad de los vehículos al detectar un obstáculo llegando incluso a pararlos
al aproximarse por debajo de una distancia pre-programada.
Otros elementos que contribuyen a aumentar la seguridad son
los elementos de aviso acústico y sonoro que alertan a los operarios de la
presencia del vehículo.
La automatización puede ir incluso más allá. Los vehículos
se mueven gracias a la utilización de baterías que es necesario recargar o
reemplazar de manera periódica.
Para esta situación ASTI propone la instalación de un
sistema de cambio automático de baterías. Cuando el sistema de gestión de los
AGVs detecta que el nivel de carga está por debajo del límite, lanza una orden
al vehículo para que se aproxime a una zona designada de cambio de baterías.
Este intercambiador, consistente en varios puestos con un sistema de escobillas
para la recarga de baterías. El AGV deposita en una de las estaciones vacías la
batería gastada para su recarga y se desplaza hasta una estación con una
batería ya cargada, que de manera automática es insertada en el vehículo. Este desplazamiento
del AGV sólo es posible gracias a la instalación de un sistema de baterías
auxiliares que sirven de fuente de energía cuando la batería principal no se
encuentra en el vehículo.
Con este sistema propuesto por ASTI el proceso queda
automatizado en su mayoría, desde el suministro de cestones vacíos para su
llenado en las inyectoras, pasando por la línea de etiquetado que mediante la
utilización combinada de transportadores y una etiquetadora, los contenedores finales completos quedan
totalmente identificados, siendo esta identificación de gran utilidad a la hora
de vincular todos los procesos de producción realizados a un producto concreto.
Pero la automatización con el sistema propuesto no se queda en el final de
línea de producción, ya que mediante la utilización de AGVs se lleva a cabo el
transporte automático del producto acabado y etiquetado al almacén.
Gracias a la comunicación del sistema de gestión de los
vehículos con el software de gestión de almacenes de la compañía se lleva a
cabo la actualización automática del estado de almacenes tanto en producto como
en localización.
Toda una forma de instaurar sistemas eficientes de
automatización de finales de línea en el sector de las preformas, que serán las
encargadas de llevar un refresco a nuestras vidas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario